1/6/10

COLOMBIA.- Isla de San Andrés

El archipiélago de San Andrés fue declarado reserva mundial de biósfera por la Unesco
San Andrés, un paraíso ecológico

La isla colombiana ofrece mucho más que rumba y relax. Conozca las iniciativas que mantienen viva su belleza natural

Por Milagros Vera Colens

Son muchos los lugares en el mundo que gozan de diversidad biológica. Sin embargo, son escasos los pueblos que valoran este potencial y están dispuestos a protegerlo.

Por suerte, en San Andrés, el archipiélago colombiano declarado reserva mundial de la biósfera por la Unesco , surgió con mucha fuerza una relación estrecha entre naturaleza y conservación.

Y es que en esta sorprendente tierra rodeada de palmeras, extensas áreas verdes y un exótico mar de siete colores, los inversionistas y pobladores pusieron en marcha diversos emprendimientos que contribuyen a la protección del medio ambiente y a la preservación de su cultura.

ALOJAMIENTO VERDE
El hotel Sol Caribe Campo, de la cadena hotelera Solar, es el único en la isla que está certificado por una autoridad ambiental colombiana como alojamiento que protege los recursos naturales de esta zona.

El complejo se encuentra en un sector forestal, colindante con la cuenca El Cove (reserva de agua dulce), posee una planta de tratamiento de aguas residuales, otra de manejo de desechos sólidos e informa a sus huéspedes sobre la protección que demanda el lugar.

“Aquí tenemos 226 habitaciones, tres restaurantes, actividades acuáticas, deportivas y de diversión para diferentes públicos. Pero lo más importante es que intentamos educar a los turistas en la conservación de esta reserva y sus recursos”, comenta el gerente operativo del hotel, José Luis Santander.

A través de avisos y normas del establecimiento que son informadas a los visitantes se busca evitar, por ejemplo, el consumo excesivo de energía o el desperdicio del recurso hídrico.

Sepa que en San Andrés existen tres hoteles de esta cadena, que están dirigidos a diferentes públicos, pero que comparten una misma conciencia ecológica.

DIVERSIÓN ASEGURADA

Y como la gente cuida mejor lo que conoce, no se pierda la excursión a la isla Johnny Cay y el acuario, lugares donde puede alcanzar un bronceado perfecto, descansar sobre la arena blanca, refrescarse en el mar de siete colores y brindar con un cocoloco, bebida elaborada por los nativos, hecha con el agua de esta fruta y vodka.

Este islote está ubicado a kilómetro y medio de San Andrés. Para llegar tiene que contratar el tour desde el hotel, que cuesta unos 10 dólares, y llevar pesos para pagar las actividades que desee realizar.

Es común que antes de encallar la lancha, usted quede boquiabierto con la belleza natural del sitio, habitado por personajes que se peinan a lo “dread” y que oyen la famosa música reggae. Los rastas ofrecen algunas bebidas desde sus cabañas convertidas en tiendas y están dispuestos a fotografiarse con usted a cambio de una sonrisa.

En la isla el tiempo pasa sin que se dé cuenta. Solo le aconsejamos untarse abundante bloqueador y respirar tranquilidad.

Eso sí, antes de llegar a Johnny Cay debe visitar el acuario, donde los nativos de la zona ofrecen los servicios turísticos. Si bien el desorden lo puede incomodar al principio, en cuanto decida la actividad a realizar se olvidará de todo.

Algunos grupos lo llevan en una lancha especial, dotada de un piso de vidrio, para ver las especies corales, peces de colores y enormes rayas que pasean en lo más hondo del agua. Este paseo tiene un costo adicional de US$12 y dura unos 20 minutos.

También puede alquilar una máscara de esnórquel, a solo US$3, y entrar caminando al acuario natural. Aquí debe tener zapatos para el agua porque de lo contrario corre el riesgo de sufrir alguna herida con los corales que abundan en la zona.

Al ubicarse en el mar sumerja su rostro y disfrute de un nuevo panorama. No tema, pues la corriente es muy suave, la profundidad es mínima y el escenario, de película.

Esta aventura no estaría completa si el viaje desde San Andrés no fuera tan veloz y algo accidentado. La lancha va saltando porque viaja contracorriente, así que sin duda terminará empapado y habrá sufrido varios ascensos en el camino. Por eso le recomendamos colocarse el flotador, tomar el brazo de su compañero y gozar del viento húmedo en el rostro.

LA VUELTA A LA ISLA
Transitar por la ciudad de San Andrés también tiene su encanto y qué mejor que hacerlo en una chiva colorida, sin ventanas, con la música a volumen alto y toda la alegría propia de la gente colombiana.

Aunque le parezca increíble, existe un recorrido cultural y ecológico por la isla que contiene todos estos ingredientes. La ruta parte desde lo más lejos y se va acercando poco a poco al corazón de esta biósfera de vida.

La primera parada es en lo más alto de la isla, desde donde se aprecia una alfombra verde, base de encantadoras cabañas, complejos hoteleros enormes y edificios lujosos para el sector corporativo.

El siguiente punto es la Casa Museo Isleña, réplica de las moradas de los antiguos ingleses que llegaron a colonizar. Esta reliquia fue hecha en madera de pino maduro traída de Canadá y Estados Unidos, y que puede durar más de 150 años. En cada habitación se exhiben reliquias de artefactos, vestimenta y enseres usados en la cotidianidad del siglo XIX.

Luego de darle una breve mirada a la historia de San Andrés, es momento de observar sus riquezas naturales. Para ello, acuda a la piscina natural, deslícese por el tobogán y nade junto a pequeños peces, observe curiosas algas y acérquese a la vida marina del lugar.

Finalmente, puede conocer el famoso Hoyo Soplador, que es un géiser junto al mar que permite el ingreso de agua por un túnel subterráneo y arroja viento muy fuerte por el agujero de la superficie, despeinando a los turistas que se divierten y fotografían.

En este caso también le recomendamos tomar la excursión completa desde su hotel. El precio es de 15 dólares y debe llevar unos US$10 adicionales para pagar las entradas a cada atractivo.

Sepa más

Al llegar al aeropuerto de Bogotá, no deje de pasar por las casetas de exoneración de impuesto. Con el boleto que le entregarán, usted podrá ingresar a Colombia, permanecer hasta 60 días y salir sin pagar impuesto alguno.

Sepa que para ingresar a la isla de San Andrés debe realizar un pago de 20 dólares. Esto lo puede efectuar en el aeropuerto de Bogotá o en San Andrés.

Es recomendable cambiar su dinero a pesos colombianos en las casas de cambio del aeropuerto, porque la mayoría de establecimientos comerciales, taxis y otros servicios solo reciben la moneda nacional.

2 comentarios:

  1. bellos lugar... pronto estaré por allí de luna de miel, estabamos buscando un Hotel en Isla San Andrés con todas las cualidades de la naturaleza.Saludos

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  2. En un lugar bello como la Isla San Andrés se puede disfrutar de la armonía y la paz del Universo. Felicidades Amigos.

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